Cántico de Cuaresma

israel_negev-desert_mizpe-ramon.jpg

Cuando el corazón de piedra se resiste a salir,

y el espíritu viejo habita como fantasma donde ya no le pertenece;

cuando las heridas han cerrado en falso

y la fachada exterior no es más que un adornado y embellecido sepulcro,

“Derramaré sobre vosotros un agua que os purificará”.

 

Cuando la comodidad de vivir para nosotros nos hace olvidar al hermano,

y trazamos nuestro camino esquivando;

cuando arriesgamos solo por nuestro provecho

y la vida se convierte un triste monólogo sin más respuesta que un eco frío:

“Derramaré sobre vosotros un agua que os purificará”.

 

Cuando estamos dispersos y ya no recordamos el camino a tu Casa.

Cuando ha pasado el tiempo y creemos que Tu voz se calló hace siglos y ya no nos dices nada.

Cuando nuestra vida niega lo que piadosamente afirman nuestros labios.

“Derramaré sobre vosotros un agua que os purificará”.

 

“Y os daré un corazón nuevo,

y os infundiré un espíritu nuevo”

Y haré que me reconozcáis a cada paso, y me ayudéis a seguir el camino;

que escuchéis mi palabra y la vida se haga diálogo.

Haré que vuestras vidas sean testimonio, sin necesidad de que se abran vuestros labios.

Y “haré que seáis mi pueblo”, porque yo soy vuestro Dios.

Ezequiel 36, 24-28

Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.

Deja un comentario